A las 6 y media estábamos desayunando, cuando vimos que en la televisión
daban la noticia de un terremoto en el suroeste de California. Nos preocupó bastante pues,
días después pasaríamos cerca y se nos planteaba la duda de si podría volver a repetir.
Salimos del hotel pensando en ello y nos encaminos hacia Monument Valley. No es
exactamente un parque nacional, es un parque estatal explotado por la nación Navajo.
Está más pobremente explotado que los demás, se recorre a través de caminos
polvorientos, pero el parque es realmente bonito. Los anuncios de más de una marca de
tabaco y muchas películas del Oeste están rodadas aquí, por lo que el parque nos resultaba
familiar... pero no es lo mismo verlo al natural. Alguna cabaña india se ve por el parque,
pero no son de tela, ni cónicas, son cabañas de adobe y ramas, con pequeños vallados en
los que tienen caballos y vacas. La naturaleza es caprichosa en este parque y talla
las rocas dándoles formas conocidas, una parece un elefante, otra un camello... y
las vistas panorámicas son espectaculares, con un horizonte plagado de formas
rocosas y un cielo azul intenso.
Después de tres horas de recorrer Monument Valley, lo dejamos para
dirigirnos al Gran Cañón del Colorado. Al pasar por Cameron, nos encontramos
con un movimiento de automóviles inusual. La carretera está atascada por
el tráfico. Pronto sabemos que es debido a un rodeo que se está celebrando
en la ciudad y al que acuden gentes de todo el contorno. Continuamos hasta
el Gran Cañón por la entrada sur, donde se encuentra Grand Canyon Village.
¿Qué decir del Gran Cañón del Colorado?. Sólo una cosa, ante él uno se
siente insignificante. Ante un fenómeno natural de 500 km de largo por 60 de
ancho, todo ya parece pequeño. El vertigo que se siente en muchos miradores,
cuando a tus pies está el vacio, con caídas superiores a los mil metros, es
difícil de explicar. Hicimos muchas y variadas rutas. El recorrido de la zona
visitable por el sur es mucho mayor que la del norte y mucho más variada.
Cuando llegamos al final del trayecto, donde está Grand Canyon Village, ya
estaba anocheciendo y debíamos buscar un hotel, pero no lo hicimos. Decidimos alejarnos
del sur y parar en algún lugar en dirección a North Rim, en el norte del Gran Cañón.
Esa noche tuvimos mala suerte, se nos hizo tarde y ya no encontramos ningún alojamiento.
Cuando llegamos a Jacob Lake, dormimos en el coche, al lado de un centro de visitantes y
una solitaria gasolinera. La enorme bandera norteamericana del centro de visitantes
estuvo ondeando toda la noche, mientras vigilaba nuestros fríos sueños. Habíamos realizado
más de 200 millas por tierras de Arizona.