DÍA 13º


Tampoco madrugamos este día. Habíamos trasnochado algo y a las 9 de la mañana salíamos de la ciudad de Las Vegas, tras hacer una breve parada en una gasolinera, para reponer gasolina y tomarnos un desayuno con un café. El café allí es parte de una cultura distinta y por tanto el concepto de tomarse un café no tiene nada que ver con nuestra costumbre. La mayoría de las veces que parábamos en alguna gasolinera, allí nos estaba esperando la cafetera, dispuesta para que nos sirviésemos, gratuitamente, todo el café que quisiéramos. Los enormes vasos para servirse delatan la cantidad que, de café, allí se bebe, como si de un refresco se tratase. Pero su calidad es malísima, prácticamente agua oscura. También suele haber, en las gasolineras, algún grill con salchichas o alitas de pollo recién preparadas para ser consumidas por sus clientes, aparte del típico supermercado que tienen adosado.
Salimos de Las Vegas por la C.I.15, para coger la C.E.160 hasta Pahrump, desde aquí cogimos punto_mas_bajo_death_valley la C.E.178 hasta Shoshone donde paramos, de nuevo, en una solitaria y desangelada gasolinera. Tras descansar y llenar totalmente el depósito, pues desconocíamos si encontraríamos alguna más en muchos kilómetros, nos adentramos en el Parque Nacional Death Valley. En este parque, totalmente desértico, se encuentra el punto más bajo de Estados Unidos a 86 metros bajo el nivel del mar y donde se alcanzan los 46 grados en verano. Es el lugar más seco y cálido de los desiertos norteamericanos. El valle de la muerte es uno de los espacios más conocidos e impresionantes del zona_torrenteras_death_valley desierto de Mojave. Allí se adentraron un grupo de mineros buscando un atajo en su regreso desde California y encontraron la muerte, víctimas de su sequedad y sus altísimas temperaturas. A este hecho debe este parque su nombre.
Ante nuestros ojos se abre una inmensa llanura blanquecina, buena parte de la misma situada por debajo del nivel del mar. Los sedimentos salinos han configurado este desértico paisaje. Rodeado de montañas, recorremos algunos de sus puntos más emblemáticos. Rocas areniscas, con marcados cauces de torrenteras, flanquean algunas zonas del desierto. montañas_colores_death_valley
A mediodía llegamos a una urbanización que se configura como un oasis en el desierto. Allí comemos y contemplamos unos antiguos vagones utilizados para el transporte de borax de una mina cercana. Aquellos antiguos vagones arrastrados por mulas (habitualmente 20 mulas tiraban del convoy, compuesto por varios vagones para transportar borax y algún vagón cisterna más, llevando el agua necesaria para la travesía). Tras la obligada visita a la mina de borax, continuamos por el Death Valley a través de una zona arenosa, con dunas. Por esta zona recibimos la visita de una vagones_mina_borax_death_valley pareja de coyotes que se acercaron a nosotros. En una zona tan desertica como esta, toda la comida es bienvenida y cerca de la carretera suelen encontrar restos de comida o recibir los alimentos que algunos turistas les dejan.
Salimos de esta zona de dunas para adentrarnos en una enorme depresión pedregosa y de tierra negra a través de la cual, poco a poco, vamos saliendo de este parque nacional por el extremo occidental. Nuestra intención era salir por la C.E.178 hasta Trona y después continuar por esta C.E.178 y la C.E.190 hasta Porterville, pero coyote_death_valley la noche se nos vino encima y un pequeño lío de carreteras hizo que diésemos algunas vueltas sin conseguir encontrar nuestro destino. Al final optamos por alojarnos en el primer motel que encontrásemos y continuar al día siguiente. El motel de carretera estaba situado en algún lugar cercano a Porterville, Lindsay o Three Rivers. Al día siguiente veríamos que no era fácil situarse por aquella zona. El lugar estaba bien y descansamos plácidamente. Habíamos realizado 50 millas por el estado de Nevada y más de 350 por el estado de California.