Por la mañana, a primera hora, atravesamos la montaña de Hollywood,
pasando por una preciosa zona residencial. Tras dejar el coche aparcado, recorrimos Sunset
Boulevard, donde paramos en un bar para tomar, en la terraza del mismo, un estupendo desayuno
americano. Después nos dirigimos hacia Hollywood Boulevard, la calle de las estrellas.
Llegamos a las puertas del Teatro Chino. Allí, multitud de famosos han dejado plasmado, sobre
su suelo, las palmas de sus manos, sus pies o en algunos casos detalles característicos suyos
como bastones, lentes o pipas de fumar. Justo enfrente, entramos en el "Ripley's, Believe
It or Not! Museum", un museo de curiosidades, que tiene representación en muchas de las ciudades
norteamericanas.
Después nos acercamos, ya con el coche, a Beverly Hills, residencia de famosos por
excelencia, aunque, de un tiempo a esta parte es, más que residencia de famosos, residencia de
adinerados de profesiones liberales, empresarios relacionados con las nuevas tecnologías y
nuevos ricos en general. Resulta impresionante ver las mansiones que por allí hay con sus
cuidadísimos jardines... después nos dirigimos hacia Santa Mónica, en plena playa. Allí comimos
y nos dimos una amplia vuelta por los alrededores, disfrutando de la agradable temperatura
costera. Tuvimos ocasión de ver a las famosas patinadoras de Santa Mónica. Realmente existe
una gran afición al patinaje y por la zona de la playa hay espacios preparados para desarrollar
la actividad, compartida por hombres y mujeres de todas las edades. También hay mucha afición
al surf, y los surfistas esperan, metidos en el agua la llegada de la esperada ola.
Estuvimos por la zona, paseando por el malecón y por la misma playa hasta bien entrada la
noche.
Después nos montamos en el coche y por la C.F.101 nos dirigimos hacia Santa Bárbara, donde
llegamos tras 103 millas. Encontramos alojamiento, tras regatear el elevado precio que nos
pedían por dormir en un bonito motel de Santa Bárbara y una vez reservada la habitación nos
fuimos a cenar y tomar una copa por la pequeña y ambientada ciudad playera. Ya no era temporada
alta y se notaba, pero la infraestructura de lugares de ambiente ahí estaba.
Aunque no teníamos mucha prisa tampoco quisimos irnos demasiado tarde a descansar, así que
tras dar una vuelta nocturna por la bonita ciudad, nos fuimos a dormir.