ULTIMOS DÍAS


Aprovechamos la mañana para dar una vuelta por Monterrey, otra ciudad costera, con el encanto de las ciudades costeras y bien cuidadas. Paseamos por el pequeño puerto que tiene la ciudad y caminamos por su malecón, donde multitud de focas y morsas se cobijan entre el entramado de sus maderas. Existe una gran variedad de fauna marina, incluídas nutrias. Una de ellas hizo nuestras delicias durante un buen rato al desplazarse relajadamente sobre su espalda mientras sobre la tripa intentaba romper algo duro que había atrapado, golpeándolo con una piedra.
La vuelta por Monterrey nos llevó por la carretera que bordeaba la costa hasta llegar a las últimas casas, allí el mar, que ese día estaba bastante bravo, lanzaba sus olas contra las bajas rocas de la costa, elevándose por encima de las mismas y adentrándose tierra adentro hasta llegar a la misma carretera. Sentados en un banco próximo, de los muchos que había a lo largo del paseo marítimo, disfrutamos de aquel recio espectáculo. Después nos acercamos al acuario de Monterrey, que estaba bastante próximo y, aún sin ser como el de San Diego, es uno de los más prestigiosos de California. Dentro, entre sus diversas salas, existe una rica variedad de peces, corales y sobre todo una amplísima gama de medusas de todos los colores imaginables.
Después de salir del bonito acuario, comimos y, al acercarnos a la laguna del parque El Estero vimos que al lado estaba el cementerio de la ciudad. No pudimos resitir la tentación de adentrarnos en el mismo y comprobar lo distintos que son de los nuestros.
Salimos de Monterrey, siguiendo por la C.E.1, que va bordeando toda la costa, hasta que tras 119 millas llegamos a San Francisco. Una vez allí, buscamos alojamiento. Como íbamos a estar varios días, quisimos que el hotel fuese lo más económico posible, así que, volvimos a la zona del Civic Center y alquilamos una habitación que, además de muy barata, resultó ser muy cutre. Del sucio y mugriento hotel Le Nain sólo podemos decir que hubiese sido preferible pagar algo más y que el hotel hubiese estado mejor.
Realmente nuestro recorrido estaba finalizado. El itinerario estaba previsto para 20 días, pero disponíamos de 5 días de colchón, por si teníamos imprevistos. Al disponer de días extras, sector_finaciero_san_francisco hicimos el recorrido en 21 días y gastamos los últimos 4 días en la preciosa ciudad de San Francisco, disfrutando de su arquitectura y de su ambiente.
En estos últimos días tuvimos la oportunidad de recorrer el impresionante sector financiero, con sus característicos rascacielos de cristal... allí probamos el "sushi" japonés.
Atravesamos la popular puerta de Chinatown y nos adentramos en el barrio chino, quizá el puerta_chinatown_san_francisco barrio chino más famoso del mundo, e hicimos algunas típicas compras. Tuvimos ocasión de ver despachar tortugas sin caparazón y ranas verdes gigantes en una pescadería del barrio y de ver cómo mataban a los peces que selecionaban los clientes, de entre los muchos que había en un gran sausalito_san_francisco recipiente de cristal, con unos golpes en la cabeza.
Cogimos un ferry y nos acercamos a Sausalito, atravesando la bahía, y pasando al lado de la isla de Alcatraz, donde, ya cerrada, permanece la carcel más famosa del mundo. Sausalito es un precioso pueblo residencial situado frente a San Francisco... isla_alcatraz_san_francisco
Atravesamos el Golden Gate con el coche para dirigirnos al bosque de John Muir, un bosque de secuoyas gigantes muy próximo a la ciudad de San Francisco.
Montamos en tranvía y recorrimos las empinadísimas calles de la ciudad y nos acercamos a la calle más pendiente del mundo, que se tiene que recorrer en zig zag para poder transitarla.
La última noche que pasamos allí era la víspera de Halloween. Todo el mundo estaba de fiesta típico_tranvia_san_francisco y disfrazado.
Al día siguiente por la mañana, nos dirigimos al aeropuerto, dejamos el coche en el parking de Alamo y cogimos nuestro Boeing 747 con destino a España. Todavía nos esperaba una grata típica_calle_empinada_san_francisco sorpresa, la extraordinaria vista de la ciudad de San Francisco y toda la bahía desde el aire, pues el avión fue virando suavemente, permitiéndonos tener una vista maravillosa de San Francisco en todo su esplendor. Bastantes horas después llegábamos a España, poniendo así punto final a este viaje. Atrás quedarón casi 9.500 km. recorridos en coche y otros 500 km. recorridos a pie, a lo largo de 6 estados norteamericanos: California, con 32.268.301 habitantes; Nevada, con 1.676.809 h.; Utah, con 2.059.148 h.; Idaho, con 1.210.232 h.; Wyoming, con 479.743 h. y Arizona, con 4.554.966 h., repartidos sobre una superficie de 1.682.825 kilómetros cuadrados, una extensión casi cuatro veces la de España; también hicimos acto de presencia en el estado de Montana, aunque tan sólo recorrimos 3 ó 4 millas por el mismo. Atrás quedaban las visitas a 11 parques nacionales y otros 2 estatales, con sus maravillas naturales. Atrás quedaron las visitas a más de 36 ciudades y pueblos norteamericanos. Atrás quedó este sensacional viaje, aunque su bonito recuerdo estará siempre en nuestra memoria.



Nuestra fiesta ha terminado. Los actores, como ya te dije, eran espíritus y se han disuelto en aire, en aire leve... Todo se disipará e, igual que se ha esfumado mi etérea función, no quedará ni polvo. Somos de la misma sustancia que los sueños, y nuestra breve vida culmina en un dormir...



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