Estados Unidos es un país inmenso. Evidentemente no tendríamos tiempo para verlo todo en el corto plazo de 20 días, deberíamos resignarnos a recorrer lo que pudiésemos. Primero decidimos a qué zona de los Estados Unidos preferíamos viajar. El Oeste nos pareció más interesante. Preparamos un itinerario apretado y nos dispusimos a cumplirlo a rajatabla.
Tras obtener la información necesaria sobre el país, preparamos nuestras maletas y partimos para allá.
La ruta que habíamos trazado resultó completa y muy intensa. Aprovechamos bien las horas del día viajando sin prisa, pero sin pausa. Cada día nuevos y maravillosos parajes nos sorprendían: humeantes géiseres, montañas encrespadas, asombrosos saltos de agua, lagos cristalinos, desiertos inhóspitos, árboles gigantes, animales salvajes, culturas diferentes... Y a todos los lugares llegábamos a través de carreteras con interminables rectas. ¡Allí todo es a lo grande!