La región de los manantiales termales conforma un extraordinario conjunto multicolor de terrazas de travertino que vierten en forma de cascada. El agua aflora a 75º C desde el interior de la tierra llevando minerales en disolución. Al llegar a la superficie se evapora, permitiendo que los minerales precipiten formando miles de estalactitas que modelan las paredes de las terrazas. A veces, las fuentes termales forman solitarias lagunas habitadas por algas y bacterias cianofíceas, que les confieren sus espectaculares colores azul, amarillo, anaranjado o verde.